lunes, julio 06, 2009
Julio
El pasado jueves pude ir a ver el segundo y último concierto que el grupo U2 hacía en el Camp Nou de Barcelona.
Tenía muchas expectativas, y no me desfraudaron en nada: hay mucha gente que ha dicho que quizás había demasiado ruido y no tantas nueces, pero yo creo que nueces había incluso para para un tren.
Dos horas de música, de luz, de colorido, de baile. Vamos que se me pasó el concierto en un visto y no visto. Y un acierto, desde luego, que el asiento estuviera reservado. Es decir, llegamos hacia las 21:15 ya allí teníamos nuestro asiento!!!
En otro orden de cosas, por fin me he acabado de leer "Eclipse" y como ya comenté, me ha defraudado mucho, tanto que casi no me puedo creer que lo haya escrito la misma persona... Pero he llegado al final y bueno, esperaré a que estrenen las películas para ver si cambian algunas cosas en el guión y quizás el final pueda ser más llevadero (bueno, no solamente el final, sino toooddoooo el libro -exceptuando al principio cuando Bella y Edward se casan, aunque tampoco es para tirar cohetes).
He comenzado a leerme "Los hombres que no amaban a las mujeres" y me está gustando bastante, aunque creo que al haber visto primero la película no ha hecho que me interese quizás todo lo que debiera...
Por cierto, ayer mientras estaba haciendo la limpieza de los libros que tengo en la habitación, he visto la cantidad de libros que tengo sobre Mishima... desde luego cómo he cambiado, si cuando tenía 16 años leía a Mishima, a quien nadie de mi entorno conocía, incluso me había comprado también un par de libros de K. Oé... ahora leo novelas de adolescentes como "Crepúsculo"!!!! Si es que en esta vida hay que leer de todo un poco, hasta las revistas de corazón.
Hablando de Mishima, recomiendo mucho el reestreno de una película sobre su vida que se estrenó hace ya bastante tiempo. Y un libro que tengo desde los 16 años y que está muy, pero que muy cascado: "Mishima o el placer de morir", del psiquiatra Juan Antonio Vallejo Nájera, sobre su vida, sus amores -aunque estaba casado nunca ocultó su debilidad por los hombres-, y sobre todo, su muerte, a la manera ritual japonesa: el harakiri o seppuku. Tendría que volver a releer alguno de sus libros: "Confesiones de una máscara", "Caballos desbocados", y el primero que leí y que me llegó al corazón: "El marinero que perdió la gracia del mar".
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